Las hortensias producen flores desde el inicio de la primavera hasta finales del otoño; éstas se encuentran agrupadas en ramos en el extremo de los tallos. Cada flor individual de hortensia es relativamente pequeña; sin embargo, el despliegue de color está acrecentado por un círculo de brácteas modificadas alrededor de cada flor.
Sus flores pueden ser rosas, blancas, o azules, dependiendo en parte del pH del suelo. En suelos relativamente ácidos, con pH entre 4,5 y 5, las flores se hacen azules; en suelos más alcalinos, con pH entre 6 y 6,5, las flores adquieren un color rosa.
La hortensia se cultiva desde tiempos remotos como planta ornamental en Japón, y desde mediados del siglo XIX también de forma extensiva en otras áreas del mundo con climas templados. Es una planta ornamental muy popular por sus enormes cabezas florales. La especie H. macrophylla es la más ampliamente cultivada, con cerca de 600 cultivares conocidos. La poda regular evita que el arbusto crezca demasiado hacia arriba, lo que suele provocar que el peso de los tallos se haga excesivo, pudiendo las puntas de los tallos doblarse hacia el suelo y partirse.
• Cuidados necesarios:
Este arbusto requiere un terreno húmedo y bien drenado; en caso de falta de agua las flores se marchitarán con más rapidez. Se suele realizar una poda tras la floración para mantener la forma y estimular el crecimiento de nuevos tallos, con todo puede ser necesario el uso de tutores. Durante el período de floración es recomendable abonar con frecuencia.